Racismo fantástico I: Historia de la filosofía racista

Hoy es día 13 de julio del año de Nuestro Señor 2021. Actualmente vivimos en un clima político internacional en el que la ultraderecha va ganando terreno y los discursos de odio racistas son, desgraciadamente, el pan nuestro de cada día y ponen en evidencia que realmente nunca nos hemos sacudido de encima esa vieja y ajada ideología. El racismo es una realidad que vertebra y amenaza las vidas de muchas personas sólo por el hecho de no haber nacido con la apariencia adecuada de acuerdo con las normas férreamente establecidas y tácitamente aceptadas conocidas como «la normalidad», que establecen al Hombre Blanco (y por supuesto cisgénero y heterosexual) como el ser humano por defecto y lo contrapone a la «alteridad», «lo anormal», el resto. Esta ideología se ha extendido y emponzoñado, como si fuera un parásito, tantos aspectos de nuestra vida social cotidiana y de nuestra psicología que en muchos casos ni nos damos cuenta. ¿Por qué, en ese caso, debería sorprendernos que esté presente en nuestra ficción, en nuestra fantasía, o nuestro worldbuilding?

Antes de nada, un par de disclaimers:

  1.  Soy una persona blanca y no soy experta en este tema. He intentado informarme lo mejor que he podido (ver bibliografía) para escribir este artículo. Hablar de racismo es difícil y complejo. Si me he atrevido a hacerlo es porque, debatiendo con otras personas, me he dado cuenta de que hay aspectos que se pasan por alto y quería ofrecer una perspectiva personal y, tal vez, un poco diferente al respecto.
  2. Las «razas» fantásticas a menudo se comportan como diferentes especies. Sin embargo, también a menudo se aplican estereotipos raciales claramente reconocibles y correlacionables con aquellos que emplean los grupos racistas en la realidad. 
  3. Cualquier crítica que haga está dirigida hacia la obra, no hacia quien la escribe. Soy perfectamente consciente de que las ideas y sesgos racistas pueden aparecer de forma inconsciente, por lo tanto, la intencionalidad de los autores es absolutamente irrelevante desde el punto de vista de esta crítica.

El elefante en la habitación: las razas son un invento


Se podría decir que el racismo, como ideología o filosofía es un constructo social, mientras que las razas son un puro invento1. Los orígenes de esta filosofía se remontan al menos a los siglos XV y XVI, cuando los primeros colonizadores europeos comenzaban a «redescubrir» otras tierras y a otros seres humanos y culturas2. Con el siglo XVIII y la llegada de la Ilustración, los pioneros de la ciencia antropológica, cuyo propósito era estudiar al ser humano como especie, comenzaron a clasificar a las diferentes poblaciones humanas en «razas» atendiendo a características fenotípicas como el color de la piel y del cabello o la forma del cráneo. Así pues, Linneo, el considerado padre de la taxonomía biológica, distinguía, dentro de la especie Homo sapiens cinco razas o subespecies: afer (africanos), americanus (nativos americanos), asiaticus (asiáticos), europaeus (europeos) y monstruosus (todo lo demás). Pero es en el siglo XIX, cuando la filosofía racista se desarrollaría como tal, con obras como «Ensayo sobre la desigualdad en las razas humanas» (1853-1855) de Joseph Arthur de Gobineau, donde se habla de la raza aria como la superior y se atribuye la decadencia de las civilizaciones a su mezcla con otras razas3.

Estas ideas serían influidas después por el darwinismo, tras la publicación de «El Origen de las Especies» en 1859. El propio Charles Darwin, en su libro «El Origen del Hombre», hablaría de «razas civilizadas» y «razas salvajes» y atribuiría a estas últimas una menor capacidad intelectual y prevendría contra la propagación de las «razas inferiores» y el cuidado de los miembros más débiles de la sociedad civilizada porque según él «van propagando su naturaleza, con grave detrimento de la especie humana, como fácilmente comprenderán los que se dedican a la cría de animales domésticos4». Esta idea de asociar la «raza» o la herencia biológica a las cualidades psicológicas, intelectuales y sociales fue uno de los pilares del darwinismo social, un movimiento pseudocientífico promovido por algunos antropólogos coetáneos de Darwin, entre los que destaca su primo, Francis Galton, quien acuñó el término «eugenesia» («eu» buen y «genesia» origen) para referirse al movimiento cuyo noble propósito era mejorar la genética de la especie humana asegurándose de que sólo los mejores, según sus estándares, pudieran reproducirse. Seguramente en este punto, cualquiera que esté leyendo esto ya sepa dónde, cuándo y cómo acaba esta historia, pero es necesario puntualizar que no sólo en la Alemania del Tercer Reich se recurrieron a técnicas eugenésicas5. Incluso antes de que Hitler se hiciese con el poder, en varios países tanto de Europa como de América se implantaron medidas eugenésicas que contaron con el apoyo de buena parte de la población, y que iban desde concursos oficiales de «familias aptas» hasta fuertes medidas de restricción reproductiva: prohibición de los matrimonios interraciales, segregación y esterilización forzada de personas consideradas «inferiores» racial, social e intelectualmente, y finalmente la «eutanasia»5,6, referida aquí como asesinato sistemático de personas consideradas inferiores.

Llegamos a 1953, año en el que la cristalógrafa Rosalind Franklin descubre la estructura del ADN, la base de nuestra herencia genética. En 1977 se publicaron los primeros métodos de secuenciación del ADN7, pero no fue hasta 2003 cuando, tras trece años de trabajo, el proyecto «Human Genome» consiguió terminar la secuenciación del ADN humano8. Los genetistas se pusieron a investigar el origen de los diferentes caracteres fenotípicos (o aspecto externo de los individuos) humanos, con las herramientas de las que disponían. Y lo que se encontraron fue el elefante de la habitación, algo que muchos antes, como Martin Luther King o Rosa Parks, ya habían denunciado mientras luchaban porque se respetasen sus derechos más básicos: las razas no existen. El racismo es una filosofía sin ningún tipo de respaldo científico1,9,10. Todo nuestro ADN tiene un origen común: África. La amplia variabilidad de características fenotípicas en las distintas poblaciones humanas se debe a la interacción entre las características codificadas en su acervo genético (el conjunto de genes de una población) con el entorno al que dicha población se tiene que adaptar. Dado que el ser humano ha colonizado múltiples ecosistemas, expresa una gran variedad fenotípica que varía gradualmente de unas poblaciones a otras, siendo imposible establecer unas divisiones claras entre dos grupos diferentes. En ningún caso, las variaciones genéticas se han correspondido con las divisiones que se han realizado de las mal denominadas razas humanas. Dichas divisiones son completamente arbitrarias. Todos somos mestizos.

Por otro lado, la cultura no se hereda, sino que se transmite mediante el aprendizaje y es patrimonio de todos los seres humanos9 y, por lo tanto, todas las identidades culturales son igualmente válidas. Las características psicológicas de los individuos también están fuertemente ligadas al entorno y al aprendizaje. La genética no determina en ningún momento cómo va a ser una persona.

El racismo pues, va más allá de una simple excusa para justificar el colonialismo, aunque es cierto que se instrumentalizó durante muchos años con esa intención y jugó un papel importante en la creación de las jerarquías coloniales11,12 y en la destrucción de las culturas y sociedades nativas13 de las regiones colonizadas, y cuyos efectos sociológicos y culturales permanecen vigentes en la actualidad11,12,13. Su núcleo es un complejo corpus de ideas, que conforman una lógica racial, desarrolladas para entender y clasificar al ser humano como especie, que fueron consideradas científicas en su día y fueron amplísimamente aceptadas por una sociedad para la cual dicha manera de pensar resultaba muy conveniente. Para comprender cómo esas ideas3,14 han permeado la literatura, y concretamente la literatura fantástica, primero hay que entender cuáles son.

    1) La especie humana se diferencia en razas, todas ellas con características distintivas (ej: color de piel, cabello etc), antropológicamente relevantes e inmutables.

    2) Atribuir a cada raza unas características no solamente físicas, sino también psicológicas (y por extensión sociales, culturales, religiosas etc.) que son inherentes a la misma, hereditables y también fijas, esenciales.

    3) Creer que existe una jerarquía entre razas en base a dichas características. Una o algunas razas poseerán características que las hagan «virtuosas», «excelentes intelectualmente» y «avanzadas». En cambio, otras estarán siempre por debajo debido a su propia naturaleza. Se crea un «otro» que se contrapone a «nosotros» y se estigmatiza; un antagonista absoluto e inmutable que además es «bruto», «salvaje», «inculto», «ignorante», «incivilizado» etc.

   4) El mestizaje entre varias razas provoca la degeneración física y psicológica de estas. La integración de «los otros» en «nuestra» sociedad es por lo tanto perjudicial y lo correcto es permanecer segregados o que estos sean completamente asimilados. La aceptación de personas e influencias culturales de entre «los otros» es una amenaza a la integridad de «nuestra» prístina y elevada sociedad.

También digno de mención en este caso, aunque es una idea que la filosofía racista abandonó relativamente pronto:

    5) Las diversas razas humanas tienen un origen diferente. A esto se le conoce como poligenismo1 y fue una de las primeras teorías que trataron explicar el origen de las diferentes etnias humanas bajo un contexto aún fijista y creacionista (contrario al evolucionismo), de tal modo que las personas de raza no-blanca se consideraban esencialmente diferentes y subhumanas.

De todos estos puntos hay dos, desde mi punto de vista, que se deben destacar: el esencialismo14 (todas las personas de determinada raza siempre serán de determinada manera) y la mezcla de atributos físicos y psicológicos. Y lo creo así porque son los únicos que no tienen relación directa (aunque sí indirecta) con dinámicas de poder. Y por lo tanto son más susceptibles de aceptarse sin entender su relación con el racismo y, en consecuencia, «colarse» en el worldbuilding si no se les presta suficiente atención. Hay que mencionar que, mientras el racismo «clásico» basaba ese esencialismo en causas supuestamente biológicas, con el paso del tiempo ha evolucionado hacia una visión, igualmente esencialista, pero en sentido cultural. La distinción entre culturas avanzadas y atrasadas no es más que una reformulación del concepto de raza para hacerlo más aceptable en un tiempo en el que dicho concepto ya ha sido científicamente denostado y así poder seguir distinguiendo al hombre blanco, ahora reemplazado como «hombre occidental», «cultura occidental», o simplemente «occidente», como superior.

Todas estas ideas son un constructo, pero en ficción muchas veces se presentan explícita o tácitamente como realidad. Dar veracidad a la lógica racial en cualquiera de sus formas es inherentemente racista, ya que no es una perspectiva cualquiera, ni mucho menos una descripción de la realidad, la que se está presentando en forma de «lore» de otro mundo, sino una ideología muy concreta, y que no sólo es tóxica y discriminatoria, sino además sabidamente falsa. En este sentido, ni el mensaje de la obra, ni la intención autorial son relevantes. El problema no es cómo se aplica la lógica racial, sino la lógica racial en sí misma.

Desgraciadamente, el género fantástico, así como la ciencia ficción, nacieron en una época en la que esta ideología era predominante y muchos aspectos de esta se han establecido como pilares fundamentales del género, especialmente a la hora de crear razas fantásticas. Es la hora de hablar cómo la filosofía racista aparece dentro de la gran obra fundacional de la literatura fantástica: El Señor de los Anillos.

Agradecimientos

Quisiera agradecer la ayuda de mis lectores beta, por tener dedicarle el tiempo y las ganas a leer todo esto y ayudarme a comentarlo, al discord de Forjadores de Mundos, mi comunidad de worldbuilders, por ser mi segunda casa. También quiero agradecer la ayuda de @Mylestring por redirigirme a los hilos de Pedro (@Hjorvik) y a este por ser un grande de la divulgación científica en materia de biología y genética. También quiero darle las gracias a @javiv_project porque todo esto empezó por una discusión en twitter sobre si las razas de fantasía son racistas y yo, por supuesto, no pude dar una respuesta corta. Y para acabar quiero dar las gracias a cualquier persona que vaya a leer estas entradas con la mente abierta y con ánimo de reflexión. No podemos cambiar el pasado de nuestra historia o nuestra literatura, pero sí su futuro.

Bibliografía

1. Morell, P. (Twitter:@Hjorvik) [En línea] 30/05/2017 Creo este hilo porque me acaban de decir que las razas son un constructo social, concepto heredado totalmente de la Queer Theory. https://twitter.com/Hjorvik/status/869555102465634304?s=20

2. Bitlloch, E. Ciencia, Raza y Racismo en el Siglo XVIII. 1996, Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Asociación Ciencia Hoy, pág. Volumen 6 nº33.

3. Caballero Jurado, C. El racismo: Génesis y desarrollo de una ideología de la Modernidad. 2000, Derechos Humanos. Órgano Informativo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, págs. 95-111.

4. Darwin, C. El Origen del Hombre. 1871.

5. Villela Cortés, F., Linares Salgado, J. E. Eugenesia. Un análisis histórico y una posible propuesta. 2011, Acta bioethica, págs. Vol. 17(2), 189-197.

6. Burke C. S. & Castaneda C.J.  The Public and Private History of Eugenics: An Introduction. 2007, The Public Historian, 29(3), págs. 5-17. doi:10.1525/tph.2007.29.3.5 .

7. Guzvik, M. The history of DNA sequencing. 2013, Journal of Medical Biochemistry 32, págs. 301–312.

8. Human Genome Project. History of the Human Genome Project. [Visitado] 12 de 05 de 2021. https://web.ornl.gov/sci/techresources/Human_Genome/project/hgp.shtml.

9. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Declaración sobre la raza y los prejuicios raciales. Declaración sobre la raza y los prejuicios raciales. [Visitado] 06 de 07 de 2021 https://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/RaceAndRacialPrejudice.aspx.

10. American Association of Physical Anthropologists. AAPA Statement on Race & Racism. [En línea] 27 de 03 de 2019. https://physanth.org/about/position-statements/aapa-statement-race-and-racism-2019/.

11. Staples, R. Race and Colonialism: The Domestic Case in Theory and Practice. 1976, The Black Scholar, págs. 7(9), 37–49. doi:10.1080/00064246.1976.11413836 .

12. Go, J. “Racism” and Colonialism: Meanings of Difference and Ruling Practices in America’s Pacific Empire. 2004, Qualitative Sociology 27, págs. 35-58.

13. Bastien B., Kremer J. W., Kuokkanen, R.  and Vickers, P. Healing the Impact of Colonization, Genocide, Missionization, and Racism on Indigenous Populations. [aut. libro] McIntyre T.M. Krippner S. The psychological impact of war trauma on civilians: An international perspective. s.l. : Praeger, 2003, págs. 25-39.

14. Buraschi D., Aguilar Idáñez M. J. La lógica común del racismo. Racismo y Antirracismo: Comprender para transformar. s.l. : Universidad de Castilla-La Mancha, 2019, págs. 26-29.


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