Lo más importante al describir un valle fluvial es dejar claro qué parte es la que se inunda

¡Hablemos de valles fluviales! Los cordones umbilicales de la civilización. Las ciudades se apoltronan en sus riveras, los campos beben del dulce néctar de la vida y florecen cada primavera. Podréis decir que exagero, pero no, los valles fluviales son el elemento geomorfológico más importante sobre el que podría escribir. Por eso lo he escogido de primera entrada. Bueno, por eso y porque en la última Celsius me compré "Los Héroes" de Abercrombie (un tipo muy majo, por cierto) y me encontré con esto:


Podría dedicar una entrada entera a explicar por qué este mapa no me convence demasiado, pero en lugar de eso voy a intentar explicar cómo hacer bien una descripción de una región fluvial. Y, como indica el título, lo más importante a tener en cuenta es que todos los ríos y, especialmente, los grandes ríos, se inundan.

Empecemos por el principio:
Los ríos tienen, por lo general, tres partes (o cursos) más o menos diferenciados: el curso alto, el medio y el bajo:


El curso alto se caracteriza por presentar valles profundos en forma de "V", los caudales son estrechos, rectos y rápidos y las pendientes elevadas.

En el curso medio el caudal se ensancha a medida que empiezan a sumarse los aportes de los afluentes. Las pendientes empiezan a disminuir considerablemente. Esto hace que el río no tenga un sitio tan definido para discurrir y empieza a abandonar el cauce recto a favor de otro más sinuoso, llamado meandriforme.

En el curso bajo ya predominan los meandros. El caudal llega a su máximo volumen la velocidad del agua a su mínimo, ya que la pendiente es muy baja. Los valles son muy anchos y fértiles, por eso se aprovechan para el cultivo en las llamadas llanuras aluviales o vegas.

¿Hasta aquí todo bien? Vale, porque ahora vamos a entrar en materia fina. Voy a centrarme en el curso medio y, especialmente, en el curso bajo del río, que es el que se muestra en el mapa de Abercrombie.

Lo primero que hay que entender es que los ríos no son entes estáticos, aunque lleven ahí mucho mucho tiempo. Evolucionan, cambian poco a poco y al hacerlo moldean el terreno por el que discurren. Los ríos son cintas transportadoras de sedimentos. En el curso alto, erosionan las montañas por donde pasan, formando así esos bonitos valles. El curso medio es un "ni fú, ni fa", a veces erosionan y a veces depositan, pero sobretodo transportan lo que han recogido en el curso alto río abajo y, finalmente, en el curso bajo, cuando el agua ya no tiene suficiente energía cinética para arrastrar más piedras, lo depositan todo.


Meandros del río Ebro. Precioso, ¿verdad?

Este proceso culminaría en cuanto el río alcanzase el llamado "perfil de equilibrio", en el que ya no necesitaría erosionar ni depositar y podría permanecer estacionario por los siglos de los siglos, amén. Pero claro, a la naturaleza no le gusta estarse quieta y basta con que suba o baje un poco el nivel del mar (también llamado nivel de base) del río para mandarlo todo a la porra.


Si el nivel de base desciende, como ocurre en la imagen de arriba, el río debe encajarse, erosionando más su cauce, para alcanzar su nuevo perfil de equilibrio. Si por el contrario sube, debe depositar más sedimentos. Como el nivel del mar es de todo menos estático (ya hablaré de esto) el río está continuamente cambiando sus dinámicas de erosión-sedimentación. Lo más habitual es encontrar un paisaje moldeado por el encajamiento de los ríos en sucesivas fases, formando valles con forma de cubeta llamados valles en artesa.

A todo esto hay que añadir los cambios estacionales. En épocas de bajas precipitaciones el río discurre por su canal de estiaje, pero en cuanto llegan las lluvias, o el deshielo, ese cauce se queda pequeño y se desborda provocando inundaciones. ¿Qué parte es la que se inunda? Pues la que tiene justo al lado. Esas llanuras tan bonitas y fértiles, las vegas o como las llamamos en geología: llanuras de inundación, se forman por la acumulación de sedimentos en épocas de crecida, especialmente de materiales finos como limos y arcillas. Cuando el río crece y tiene más energía es capaz de transportar un gran volumen de sedimentos, pero cuando pierde el fuelle, los tiene que dejar donde puede, es decir, en la llanura de inundación. Este proceso de sedimentación estacional es muy importante porque el material depositado aporta nutrientes extra al suelo, haciendo de las vegas suelos tan fértiles que merece la pena construir pueblos y ciudades en ellos aunque se inunden de vez en cuando. Para los egipcios la inundación del río Nilo era el gran evento del año. Sus cosechas y, por lo tanto, su supervivencia dependía de ello. A lo largo de las llanuras de inundación siempre han florecido grandes ciudades. Por ejemplo, el Danubio baña varias capitales europeas, en esta imagen se pueden ver dos: Viena y Bratislava.


Ahora bien, una llanura de inundación no va a estar siempre en el mismo sitio. Ya he dicho que los ríos evolucionan y van encajándose con el tiempo. Cuando un río se encaja "demasiado" su llanura de inundación queda abandonada y se transforma en una terraza fluvial, una llanura más elevada y por lo tanto libre de inundaciones (salvo en casos de inundaciones muy muy extremas), pero también libre del plus de fertilidad. Suelen ser zonas boscosas, aunque también pueden dedicarse a cultivos de secano o a pastos. Las terrazas son muy características de los cursos medios, ya que al tener la pendiente algo más pronunciada, el río se encaja más rápido. En cambio, en los cursos bajos lo que destaca son las amplias llanuras de inundación, ya que las pendientes son muy bajas, el cauce está poco encajado y es mucho más meandriforme.


Evolución del valle en artesa de un curso fluvial meandriforme: formación de terrazas fluviales.

 En ocasiones estas zonas elevadas pueden constituir cerros perfectos para construir un castillo u otra estructura defensiva. Por ejemplo, el castillo de Devín en Bratislava está construido a orillas del Danubio, sobre una de estas antiguas terrazas.

Castillo de Devín, Bratislava. Se puede observar claramente la diferencia de altura entre la llanura de inundación y el cerro donde está construido el castillo.

En conclusión:

Cuando escribáis un paisaje situado en el curso medio de un valle fluvial, acordaos de mencionar los valles en artesa aterrazados. Si, por el contrario, habláis del curso bajo, mencionad los meandros, las vastas llanuras plagadas de campos de cultivo y, ¿por qué no? las inundaciones que, si bien son un engorro, han sido lo que han dado de comer al mundo desde que aún íbamos en taparrabos.

La geoloca.

Referencias de las imágenes y cosillas para leer:

http://preparadorgeografiaehistoria.blogspot.com/2019/02/oposicion-geografia-e-historia_22.html
http://med.se-todo.com/doc/41183/index.html?page=2
https://docplayer.es/57170560-Unidad-el-modelado-del-relieve-el-modelado-fluvial-biologia-y-geologia-3-o-eso.html
https://media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-s/11/be/8f/36/devin-caslte-panorama.jpg
http://www.igme.es/zaragoza/galeria/pages/0.45.htm


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