Los ríos son unos incomprendidos

Estás creando tu mapa. Ya tienes tus continentes, tus islas y tus montañas, ¿qué te falta? ¡Los ríos! Pues manos a la obra, un poco de curvas por aquí, un poco de azul por allá y…¡voilà!


Todo bien, ¿no? Tenemos ríos, afluentes, deltas…
Pues… no, no todo bien.



Los mayores (y más frecuentes) errores a la hora de dibujar los ríos suelen tener que ver con las bifurcaciones. Y antes de seguir con los detalles, quiero que os grabéis a fuego una cosilla:

Una cuenca fluvial no puede dividirse.

Y alguien todavía dirá, “¡Pero eso no es verdad porque entonces los deltas no existirían!” Y aquí está el quid de la cuestión. Fijáos en qué palabras he usado. No he dicho “un río” o “un cauce” no pueden dividirse (sí, sé que alguna vez lo he dicho así en twitter, mis más sinceras disculpas por ello, pero 140 caracteres dan para lo que dan). He dicho “cuenca fluvial”. Veréis, normalmente cuando uno se imagina un río lo hace pensando en su cauce, ajustándose más o menos a la definición de la RAE que aprendimos en el colegio: 

“Corriente de agua continua y más o menos caudalosa que va a desembocar en otra, en un lago o en el mar”.

Que, no me malinterpretéis, no es que la definición esté mal pero es una definición bidimensional y para entender de verdad lo que es un río, hay que pensar en tres dimensiones:

Cuenca del Ebro (Google Earth)

Una cuenca fluvial es el area de drenaje de un río. Es decir, toda el agua que caiga dentro de ese área, bien en forma de lluvia o de nieve, estará “atrapada” dentro de ella y a partir de este momento tiene tres posibles caminos que recorrer: evaporarse, infiltrarse en el subsuelo o fluir por la superficie hasta llegar a un río.

La cuenca está delimitada por una línea imaginaria que recorre los puntos de mayor altitud de las lomas circundantes que, para que nos entendamos, funcionan como un tejado a dos aguas. El río, por otra parte, siempre está en el punto de menor altitud de la cuenca. Los límites de la cuenca pueden estar en los alrededores de este o, por el contrario, pueden estar a kilómetros de distancia, como suele ocurrir en el caso de ríos grandes como el Danubio.Las cordilleras más importantes, como los Alpes, los Pirineos o los Montes Escandinavos suelen coincidir con estas divisorias. Los ríos nacen en una u otra vertiente de la cordillera y la cuenca se desarrolla desde estas hacia afuera. Fijáos por ejemplo cómo los Pirineos dividen la cuenca del Garona (Garonne) y el Ebro o cómo los Alpes dividen la cuenca del Ródano (Rhone) al oeste, del Rin (Rhein) al norte, la del Danubio (Donau) al este y la del Po al sur. Debido a que un río sólo fluye desde un punto de mayor altitud a otro de menor, es imposible que pueda atravesar una gran cordillera. Sí pueden, sin embargo,atravesar una parte de ella, aquella que se interponga entre su nacimiento y su salida al mar. Por eso podemos ver ríos atravesando zonas montañosas. Por ejemplo, el río Sella en Asturias, nace en los Picos de Europa y, ha excavado su valle hacia el norte atravesando las sierras de menor altitud que conforman las estribaciones de la cordillera.

Cuencas de los principales ríos europeos (izda.) Mapa físico de Europa (dcha) (Wikipedia)

Valle del Sella a su paso por la sierra del Sueve (Google Earth)

Una cuenca se forma a medida que el río va erosionando su salida al mar y por eso evoluciona con el tiempo y la distancia, pues se ensancha a medida que este va captando las cuencas de sus afluentes. Esto ocurre porque el agua, que fluye debido a la gravedad, siempre va a ir por el punto de mínima altitud y máxima pendiente, que es “el camino más fácil”. Si un río de repente se encuentra con que otro ha excavado el camino por delante de él para llegar al mar lo más fácil es unirse a él y seguir por el camino ya hecho. De este modo su cuenca pasa a integrarse en la cuenca mayor del río principal. Obviamente no hay ninguna intencionalidad en todo esto ni quiere decir que uno se haya formado antes y otro después. Es simplemente una pura ley física.El agua fluye de un punto más alto a un punto más bajo y el paisaje de alrededor se moldea en consecuencia.Esto implica que una cuenca o parte de ella puede quedar abandonada si en un punto más alto el río encuentra otro camino más fácil para discurrir, que comúnmente es otro río que ha erosionado una nueva salida, pero también puede ocurrir que un desprendimiento rocoso, un terremoto, una erupción volcánica etc. ha bloqueado esa salida. Realmente esto a nivel de mapas no es tan relevante porque, por la escala, es una sutileza que no se ve, pero es esencial para entender la conclusión principal de todo esto: una cuenca no puede dividirse porque es físicamente imposible que haya dos puntos dentro de ella que cumplan las condiciones de mínima altitud y máxima pendiente.

 Siempre va a haber un camino más fácil que otro, aunque sea un poquito, y en el momento en que deja de serlo quedará abandonado. Este mismo principio también explica por qué un lago o un mar interior no puede ser drenado por más de un río. Ellos también tienen sus propias cuencas. Si esta no tiene salida al mar se le llama “endorreica”, como ocurre por ejemplo con la cuenca del Mar Caspio. Por las características del relieve puede formarse un río que drene el agua de ese lago o mar hacia otro río, otro lago o el océano, pero sólo puede ser uno porque no van a existir dos puntos dentro de la cuenca por los que sea igual de “fácil” abrirse camino.

— “¿Y qué pasa con los deltas?”
— Oh, por Dios bendito, ahora voy con los deltas…

En un delta lo que se bifurca no es la cuenca, sino el cauce.

¿Qué es el cauce? Es el canal, o canales, por los que discurre el agua de un río. Y aquí sí que puede haber más de uno y el motivo tiene que ver con que el agua no baja sola. Un río, además de un agente erosivo de primer nivel, es una cinta transportadora de los sedimentos que este erosiona a medida que va excavando su cuenca. La carga de sedimentos que puede transportar depende de la energía de la corriente de agua, que a su vez depende del caudal (volumen de agua que pasa por una sección del canal en una unidad de tiempo)y la velocidad, que depende sobre todo de la pendiente y la amplitud del cauce. A más energía, más puede erosionar y más sedimentos puede transportar. Pero, si de repente se encuentra sobrecargado, por ejemplo por un suavizamiento de la pendiente o por ensanchamiento del cauce, va a depositar la carga, o bien en las riveras, o dentro de su cauce, formando islotes que dividen dos canales del mismo cauce. Un ejemplo de esto es la isla de Citè en París, donde se encuentra la catedral de Notre Dame. 


Islotes dentro del Sena a su paso por París (Google Maps)

Esto ocurre en todos los ríos, especialmente cuando llegan al curso medio, donde ya están más lejos de las montañas en las que nacieron, la pendiente es más suave, sus cauces se ensanchan y la velocidad del agua disminuye considerablemente. Pero hay otra situación en la que esto se da de forma aún más brusca: en las desembocaduras. Aquí el río de repente se encuentra con que tiene cero energía. Es más, la fuerza de las olas está empujando en su contra. Y, de repente, deposita todo donde sea. En el caso de ríos pequeños, el volumen de sedimentos no es muy importante y puede ser erosionado fácilmente por el mar, pero en el caso de ríos grandes y muy caudalosos  es común que se forme un delta. En un delta, el cauce se ensancha en forma de abanico, ya que los sedimentos se depositan en todas las direcciones posibles al llegar al mar. Con el paso del tiempo, el río va a hacer lo que mejor sabe y va a escoger unos canales preferenciales para fluir, formando así los brazos del delta. Muchos de estos canales son transitorios, porque basta con que llegue una inundación para que se bloqueen con una nueva carga de sedimentos, pero unos pocos canales mayores van a ser más estables. Si el volumen de sedimentos que llega al mar es mayor que la cantidad que el mar puede erosionar, el delta crecerá, de lo contrario, será erosionado y puede llegar a desaparecer. El delta del Nilo, por ejemplo, podría desaparecer en el futuro, en parte por la subida del nivel del mar debido al cambio climático, y en parte porque debido a la construcción de la presa de Asuán ha perdido gran parte de sus antiguos canales, quedando solo dos en actividad.

 El delta del Nilo es el ejemplo de delta por excelencia. (Google Earth)


Precipitacion media anual en Bangladesh (BUET)
Una cuestión bastante interesante es ¿cómo de grande puede ser un delta? ¿He hecho bien en marcar el megadelta de mi mapa como un error? Bueno, depende. Un delta puede ser inmenso. El delta del Ganges, por ejemplo, es una monstruosidad que cubre 105 000 km², pero para que esto sea posible tienen que darse determinadas condiciones que creo que mi mapa no cumple. Lo primero tiene que recibir un aporte monstruoso de sedimentos y eso se consigue de dos maneras: estando cerca de la fuente de esos sedimentos, es decir la cordillera, y recibiendo un caudal muy alto de forma constante. El delta del Ganges cumple estas condiciones perfectamente. No está demasiado lejos de la cordillera del Himalaya, que también es una gigantesca monstruosidad y su cuenca recibe un volumen de agua gigantesco debido al clima húmedo tropical con, además, tormentas monzónicas anuales. Sólo por comparación, la precipitación media mínima en Bangladesh es de 1480mm anuales y la máxima en el norte península Ibérica está en torno a los 1500mm anuales (y luego los asturianos nos quejamos de que llueve mucho). Toda esa agua cayendo en la cuenca del Ganges, erosionando la cordillera del Himalaya y produciendo un volumen anormalmente alto de sedimentos que van a encontrar el mar tan sólo unos cientos de kilómetros más al sur es lo que provoca que ese megadelta sea posible y… creo que el mío no cumple esas condiciones. Al menos, a mí no me satisface. Cuando tengáis que considerar el tamaño y caudal de los ríos, es conveniente tener en cuenta tres cosas:

- ¿Cuán lejos está de su nacimiento? 
Los ríos reciben más caudal a medida que se alejan de su nacimiento, en parte porque reciben el aporte de sus afluentes y en parte porque su propia cuenca se hace más grande.

- ¿Qué clima o climas le afectan?
Un río que atraviese una zona desértica, con escasas precipitaciones anuales, será mucho menos caudaloso que otro similar que atraviese una selva tropical.

- ¿Cuántos afluentes importantes recibe?
Pensad por ejemplo en el Danubio, que es un río navegable prácticamente en todo su curso. Todo ese caudal procede de su gigantesca cuenca, que capta numerosos afluentes, más de 300, y unos 60 de ellos ya son navegables.

Otras consideraciones importantes en torno a los ríos tienen que ver con cómo interaccionan estos con las civilizaciones humanas. La mayor parte de las ciudades importantes van a desarrollarse a lo largo del curso de un río (la capital de mi Reino A está en un muy mal sitio). Cuantas más ventajas ofrezca este, mayor será la ciudad que pueda desarrollarse. Tener canales navegables es un plus importante porque favorece el comercio con regiones distantes que pueden alcanzarse en barco. Si tiene una llanura de inundación grande y un régimen fluvial más o menos estable, sin grandes crecidas a destiempo, pues será ideal para establecer campos de cultivo en torno a él sin miedo a que venga una inundación de repente y te destroce las cosechas. De nuevo el Nilo es un ejemplo providencial, puesto que se inundaba una vez al año casi con precisión suiza, y así los egipcios podían organizarse la vida y planear sus cosechas de tal modo que la primera siembra se hacía inmediatamente tras la inundación y la cosecha finalizaba antes de la siguiente crecida.

Pero un río no sólo proporciona recursos, sino también protección, por eso muchas fronteras naturales entre países coinciden con ríos. Sin embargo hay que ser cuidadoso con esto, porque coinciden pero no del todo. Fijáos en la frontera entre Alemania y Francia. En este tramo coincide con el río Rin, pero no a lo largo de todo su curso. Un río es un recurso muy importante, especialmente si es navegable, por eso no es de extrañar que los países por los que discurre quieran controlarlo. Que haya irregularidades en las fronteras y que no sigan perfectamente la línea del río da más realismo al mapa porque da a entender que existe una larga historia en torno a quién tiene el control sobre él. Mis reinos A, B, C y D parece que se han contentado toda la vida con tener cada uno su mitad del río y esto, como os podéis imaginar, no tiene mucho sentido.

Frontera entre Alemania y Francia a lo largo del Rin (Google Maps)


En conclusión:
Cuando penséis poner un río sobre vuestro mapa, no penséis sólo en la línea azul. Pensad en qué ocurre alrededor, en cómo las montañas recogen el agua de lluvia dentro de la cuenca y en cómo el paisaje se moldea a medida que el río fluye. Pensad en los valles que se abren a su paso y en los sedimentos que transporta y deposita a lo largo de su viaje. Después, todo irá bien.

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