Anillos de fuego y cosas que explotan

¿Alguna vez habíais visto esta imagen?


Se le llama el Anillo de Fuego del Pacífico (sí, los geólogos somos la polla poniendo nombres). Cada uno de esos triangulitos rojos es un volcán activo. Algunos de ellos son muy conocidos en el gremio, como el Monte Santa Elena que explotó (sí, literalmente explotó) el 17 de mayo de 1980, barriendo 2/3 de la montaña del mapa y llevándose consigo a 57 personas, entre ellas un geólogo estadounidense, Dave Johnson, que estaba allí estudiando junto a otros compañeros del Servicio Geológico Estadounidense (USGS) la evolución del volcán en los momentos previos a la erupción. A ellos les debemos este vídeo:



Los volcanes tienen un sex appeal especial. Nos fascinan con sus violentas y letales erupciones de lava, gas y piroclastos. Están presentes en el imaginario colectivo y en mitologías de todo el mundo. Pero, ¿alguna vez os habéis preguntado dónde están físicamente presentes? Si miráis la imagen de arriba sin duda os daréis cuenta de que no están dispuestos aleatoriamente por el mapa, sino que siguen una línea imaginaria alrededor de la costa pacífica y, obviamente, esto tiene una explicación. Así que, a no ser que seáis Brandon Sanderson y podáis hacer un "a God did it", tal vez esto os interese.

Seguro que en clase de Geología en el instituto os habrán hablado de la teoría de Tectónica de Placas. La parte más superficial y rígida de la Tierra, la litosfera, está dividida en placas tectónicas, que son como piezas de un puzzle gigante "flotando" sobre la astenosfera, la capa subyacente, más plástica y calentita.


Estas placas se mueven relativamente unas respecto a otras, a veces se separan entre sí, a veces colisionan y a veces simplemente se mueven lateralmente.  El movimiento relativo de unas frente a otras está señalizado por las flechas rojas. Ahora quiero que hagáis un ejercicio de abstracción y coloquéis mentalmente el segundo mapa encima del primero. ¿Veis qué tipo de contacto tienen mayoritariamente las placas situadas en el Anillo de Fuego? Exacto, están colisionando. Dos gigantescas masas de roca chocando entre sí. Ya empezáis a ver de dónde viene el calorcito, ¿verdad?

Seguramente os preguntaréis, ¿por qué se mueven? Realmente, el origen del movimiento no se encuentra en las placas tectónicas, sino en lo que está debajo, la capa plástica que ocupa casi todo el manto terrestre llamada astenosfera. Aunque ahí las rocas no estén en estado líquido, sino sólido, la presión y el calor interno son suficientemente altos para que se comporten como un fluido y formen corrientes de convección, muy similares a las que tenemos en la atmósfera. Las rocas situadas más cerca del núcleo están más calientes y son menos densas que las situadas encima, por eso fluyen formando una corriente ascendente, desplazando a las rocas que tienen encima y a los lados, formando una célula de convección.


Este es el motor que mueve los continentes de nuestro planeta. Sencillo y elegante.

Ahora imaginémonos que tenemos un continente y que debajo tiene una de estas corrientes de convección ascendentes que están tirando de él hacia los lados. El aguante de las rocas es limitado. Tras unos pocos millones de años, el continente se fracturará y las rocas del manto, que son las que están ascendiendo, aflorarán en la superficie. ¡Enhorabuena! Ha nacido un océano. Con el paso del tiempo este océano se expandirá y las rocas que habían aflorado al principio, las más alejadas, se enfriarán cada vez más y más, volviéndose más y más densas hasta que vuelvan a introducirse en el interior terrestre debido a su propio peso. Así nacen las zonas de subducción. Estas zonas de subducción se encuentran en bordes convergentes de placas tectónicas, exacto, igualitas a las que teníamos en el Anillo de Fuego.


Todo este rollo que os acabo de contar se conoce como el Ciclo de Wilson, que es básicamente el ciclo de nacimiento y muerte de los océanos de la Tierra.


Existen dos posibles casos de subducción:

Subducción de corteza oceánica bajo corteza oceánica: En ese caso se formará un arco de islas, como Japón, Nueva Zelanda o Indonesia, debido a la actividad volcánica resultante de la subducción.

Subducción de corteza oceánica bajo corteza continental: Se forman cordilleras de tipo Andino, muy cercanas a la línea de costa y, por supuesto, volcánicamente activas.

Vale, también es posible meter corteza continental bajo corteza continental, lo que llamamos colisión continental, pero prefiero dedicarle una entrada enterita. También le dedicaré otra entrada a los rifts y a los puntos calientes. Y, por supuesto, otra a tipos de volcanes, terrestres y extraterrestres. Por el momento, me despido aquí. No sin antes compartiros esta pequeña obra de arte.




La geoloca.

Referencias de las imágenes y cosillas para leer

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